Por: Jacqueline Hernández – Estudios musicales

Clara Schumann nació en Leipzig, Alemania, el 13 de septiembre de 1819; fue abandonada por su madre cuando tenía 5 años, pero criada por su padre Friedrich Wieck. Friedrich fue un reconocido pianista y maestro de la época, que estaba dispuesto a convertir a Clara en una niña prodigio. De esta manera creó su propio método educativo que consistía en pagar los mejores maestros de música e idiomas, y llevarla continuamente a clases de gimnasia; así, aseguraría el futuro de su hija.


A los 10 años, la niña ya tenía conocimientos medios de violín, canto, teoría, contrapunto, armonía, instrumentación y composición. Lastimosamente, aunque fue una niña prodigio de la música, tenía graves problemas para hablar y solo consiguió hacerlo fluidamente hasta que cumplió 8 años.


A la edad de 9 años, Clara dictó un concierto en la casa del director del hospital psiquiátrico de Leipzig, donde conoció a un joven de 18 años, quien participó como pianista en el evento, al igual que ella. Este joven era Robert Schumann, un estudiante de leyes, con ínfulas de compositor y concertista. Al ver la dotada y virtuosa interpretación de Clara, Robert abandonó su carrera de leyes y decidió tomar clases con Friedrich Wieck, quien lo acogió en su casa como estudiante.


Después de esto, Robert y Clara entablaron una fuerte amistad. Mientras Robert tomaba clases de piano, Clara daba su primer concierto como solista a los 11 años en la conocida sala de conciertos Gewandhaus, de Leipzig. A los 12 años estrenó su primera obra llamada 4 Polonesas para piano, y ese mismo año empezó a ganar dinero gracias a una exitosa gira en París. Dichos ingresos eran percibidos en su totalidad por su padre, quien consideraba que todo lo que su hija ganaba le pertenecía por su inversión en su formación.


Entre sus muchos admiradores se encontraba Frederic Chopin, quien valoraba el arte interpretativo de Clara y a quien describió como la única mujer en Alemania que podía tocar su música. Clara, con su apellido de soltera, recibió los mayores honores musicales que se otorgan en Austria -Köningliche und Kaiserliche Kammervirtuosin (Real e imperial virtuosa de cámara).


Después de un tiempo, cuando Clara cumplió 16 años, la amistad que entabló con Robert se convirtió en amor. Como consecuencia de ello, se comprometieron a escondidas cuando Clara aún era menor de edad. Dicho compromiso jamás fue aceptado por su padre. Cuando Friedrich los descubrió, prohibió cualquier tipo de contacto entre la pareja y los separó, sometió a Clara a largas giras y a vivir en París. Esto no duró mucho tiempo, ya que, tras comprometerse a escondidas, la pareja instauró una demanda judicial contra el padre de Clara para poder casarse, con pruebas contundentes de la explotación a la que ella era sometida. Tras ganar la demanda, la boda se llevó a cabo el 12 de septiembre de 1840.


Al principio de su matrimonio, Robert sufría de celos al ver lo aclamada que era Clara por el público y la crítica, por lo que le pidió que abandonara su carrera como concertista. Aun así, ella impuso su deseo de continuar en las tablas dando un concierto excepcional para el otoño del mismo año de su matrimonio, escribiendo a Robert la siguiente nota:

“No dejaré mi arte, porque de hacerlo me lo reprocharía eternamente”

Clara era una pianista de renombre internacional en la época y Robert solo un compositor medianamente reconocido. Sin embargo, al ver el gran prestigio que tenía Clara y lo poco conocido que era Robert, la pareja decidió dar prioridad a las composiciones de él. Este sufría trastorno de bipolaridad, por lo que necesitaba tranquilidad y silencio para realizar sus composiciones. Debido a lo anterior, Clara redujo sus prácticas diarias dando prioridad a las composiciones de su marido.


El ideal de matrimonio que planteaban no duraría mucho tiempo y se quebró por limitaciones financieras. Robert no recibía el dinero suficiente para mantener a su familia; por esto, Clara volvió a los escenarios y a pesar de 10 embarazos, 8 de los cuales llegaron a término, realizó 139 conciertos en 14 años y también continuó componiendo. Clara y su esposo viajaron al norte de Alemania, a Rusia, a Viena y los Países bajos, con la intención de dar a conocer la música de Robert a partir de las interpretaciones de su esposa. Robert no soportaba ser la sombra de Clara; sin embargo, lo aguantaba al ser sus interpretaciones el puente para ser reconocido como uno de los compositores más destacados del romanticismo alemán, haciéndolo famoso a nivel internacional.


Robert y Clara tenían una conexión casi de hermanos que crecen en el mismo vientre. Su conexión era tal que, cuando Robert sufría sus ataques depresivos o alucinaciones, a Clara le afectaba como si tuviesen un mismo organismo.


En 1854, Robert Schumann, plagado de alucinaciones, intentó suicidarse lanzándose al río Rin. Fue rescatado por unos pescadores, después de lo cual Robert decidió internarse voluntariamente en una clínica psiquiátrica en Endenich Bonn. Allí, lo internaron y le prohibieron las visitas a Clara durante 2 años, pues su estado era denigrante. El único que lo visitaba diariamente era el joven y virtuoso Johannes Brahms, quien un año antes de la tragedia había llegado a vivir a la casa de los Schumann como discípulo. Brahms llegó en un momento en que la familia necesitaba un gran apoyo emocional y con su música les ayudó a afrontar las crisis.


Días antes del fallecimiento de Robert, a Clara le permitieron volver a verlo. Así, se dan un último abrazo de despedida, llevando a Clara a escribir la siguiente memoria en su diario matrimonial:

“Era por la tarde, entre las 6 y las 7. Me dirigió una sonrisa y, con grandes esfuerzos, me enlazó con sus brazos. Jamás olvidaré ese abrazo postrero. ¡cuan dolorosa expresión había en él! El lunes, 28 de julio, estuvimos con él todo el día Johannes y yo. Robert padecía horrorosamente. El martes 29, Dios le liberó de sus sufrimientos”.

De manera tal que, a los 37 años, Clara quedó viuda y decidió vestir de negro hasta el día de su muerte, guardando luto al hombre que siempre amó. Debido a esta lamentable situación, Clara se vio obligada a separarse de sus hijos, quienes a raíz de la muerte de su padre fueron acogidos en casas de familiares y amigos de la familia Schumann mientras ella, con gran esfuerzo, viajaba por el mundo dando conciertos y clases de piano para sustentarse económicamente.


Clara Schumann se encargó de dar a conocer a Brahms todos sus conocimientos musicales en agradecimiento por su fidelidad; así, muchas de sus composiciones fueron asesoradas por Clara, abriéndole las puertas al mundo de la composición musical.


Tiempo después, Clara se convirtió en una de las mejores maestras de la historia, nombrada en el año 1878 “primera profesora de Piano” en el Conservatorio de Hoch, en Fráncfort del Meno. Perdió prematuramente a algunos de sus hijos por enfermedades psiquiátricas, y se encargó de sus nietos.


Robert era un hombre machista, que prefería tener a su lado a una mujer que inspirara sus composiciones y que permaneciera con él hasta la muerte, más que una mujer que fuese capaz de desarrollarse profesionalmente y de no abandonar el arte, como fue Clara. Pero la amaba, y era incapaz de hacerla sentir menos, de hacerla ver que solo servía para estar en el hogar y cuidar a los hijos. Ese amor le llevaba a reprimir sus sentimientos, sus emociones. El éxito de Clara llevó a la muerte a Robert: era humillante para él el no poder interpretar sus propias obras y tener que someterse a ella, aun cuando el amor de Clara hacia él era único, un amor incondicional que sobrepasaba la envidia, ese amor bíblico y real del que tanto se habla que poco o nada se conoce.


Clara es descrita como una mujer inusual del siglo XIX, una mujer que luchaba en silencio por mantener vivo el arte, el balance entre ser madre ama de casa y desarrollarse como profesional, como artista. Un ser que no nació para ser la sombra de nadie y aun así no se considera una gran figura feminista por el hecho de apoyar las composiciones de su esposo y querer que perdurara en la historia, más que ella misma, más que su fama, más que su vida.

Publicado por Concéntrika Medios

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