Desde casi los inicios de la civilización humana han habido indicios de que el hombre ha dominado sobre la mujer, sin importar la civilización o el momento de la historia.

 

Desde los primeros asentamientos, y las primeras civilizaciones como los Sumerios, Mesopotamia o los Egipcios, el hombre era una figura superior, como el protector de un hogar, el que cazaba y la mujer era la encargada de las labores agrícolas y del hogar.

 

 

Si seguimos en la historia los Griegos veneraban al hombre por encima de la mujer, creando divinidades machistas donde sus dioses podían superponer cualquier necesidad sexual sobre su pareja, pero una mujer no podía.

 

 

Ya en épocas modernas vemos mujeres encarceladas en su casa viviendo guerras con su libertad, como lo menciona Simone de Beauvoir en su libro el segundo sexo, y a pesar de empezar a crear y generar un cambio contra esta situación no ha sido suficiente, ni siquiera para la actualidad, de esta manera ¿Por qué sigue ocurriendo esto? ¿Por qué el acoso es un tema real, actual y complejo?

 

 

El acoso sexual, es una conducta específicamente no deseada, la cual ocurre la mayoría de veces hacia las mujeres, donde se genera incomodidad, frustración, hasta miedo.

 

 

Algunas personas argumentan que es culpa de las mismas mujeres al usar ropa “provocativa”, diciendo que incitan a los hombres a que se sientan atraídos por ellas, y otras personas llegan a decir que eso “eso lo que quieres escuchar una mujer, para sentirse deseada”.

 

 

Este tipo de frases muy comunes son confrontadas por las mismas mujeres que han sido víctimas de acoso así como lo menciona Diana, creadora de contenido sonoro en Spotify, en su podcast acoso sexual, donde nos menciona que sin importar el tipo de su vestimenta, ella y muchas otras mujeres han sido acosadas, ya sea si estuviesen en minifalda o con pantalón.

 

Y en relación con si es lo que una mujer desea escuchar, realmente sería una afirmación sin bases, pues si realmente fuera de esta manera, no existiría ese sentimiento de miedo, frustración y enojo.

 

 

Ahora, dentro de la sociedad, no solo es una cuestión de géneros y puntos de vista, la justicia y democracia del país hace que al momento de ocurrir un caso tan negativo como este, las víctimas sientan impotencia pues en vez de sentir ayuda, se sienten juzgadas.

 

Tanto así que personas dentro de las entidades de control y defensa han sido victimarios de estos hechos, creando inseguridad en las personas y perdiendo la confianza, para que de esta manera, lastimosamente los actos de acoso se sigan incrementando y normalizando, como un delito que no se toma mucho en cuenta.

 

 

Y hay que entender que acoso no es solo es violencia física, o alguna clase de contacto físico, este también se genera cuando se morbosean con las palabras, la mirada, y hasta los abucheos, como silbidos.

 

 

Pero sin duda alguna el origen de todo este problema, es una cuestión social y cultural, que viene desde nuestra crianza, y la crianza de nuestros padres y así, poco a poco se va construyendo una red donde cada generación a través de la historia fue educada de manera directa o indirecta para ser machistas.

 

 

¿Cuál es el panorama de la situación?, pues a pesar de que esta problemática no se minimice, si somos más conscientes de la misma, por lo que nuestro deber es no realizar estos actos, y si los vemos, denunciarlos, o evitarlos.

 

 

De igual manera, lo mejor es darle a las futuras generaciones una educación centrada en la equidad e igualdad de capacidades, raciocinio y respeto para todas las personas sin importar su género, color o condición, y de esta manera romper las barreras que no permiten al ser humano vivir en tranquilidad y poder también darle tranquilidad a sus iguales.

 

 

Más Información en la siguiente infografía: Las caras del acoso

 

 

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