El tema del calentamiento global se ha vuelto una problemática que recae principalmente en la mayoría de empresas y para contrarrestar este impacto y esta mala imagen algunas de ellas han llevado a cabo programas de reestructuramiento tanto de materias primas como de maquinaria para disminuir su huella de carbono, otras simplemente lo dicen pero no lo llevan a cabo correctamente.

Casi todas las empresas que afirman ser amigables con el medio ambiente realmente no lo son esto lo demostró un estudio llevado a cabo por TerraChoice, una eco-empresa de consultoría que observó a cerca de 4.000 productos que afirman ser «naturales y amigables con el medio ambiente.» Casi todas las campañas se consideraron falsas o engañosas, este es un fenómeno conocido como lavado verde o Green wash.

Los productos que afirman ser de color verde y la certificación de los programas que tienen por objeto respaldar esto se están volviendo un problema. Con tantos productos supuestamente verdes para elegir, cada uno afirmando que son certificados por un programa u otro, ¿cómo saben los consumidores lo que está estandarizado y lo que no? Las etiquetas no siempre son útiles porque las empresas están obligadas a no divulgar el uso de algunas sustancias que se cree son peligrosas.

La agricultura ecológica no es una práctica perfectamente libre de químicos y el tratamiento de los animales cuestionable. Algunos creen que conocer a sus agricultores locales puede ser la estrategia más saludable.

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