Aproximadamente el 2% de la población mundial sufre de heridas difíciles de cicatrizar por varias razones, entre ellas, las enfermedades crónicas como la diabetes, patologías inmunosupresoras y úlceras venosas en adultos mayores; es por esta causa que, en la Universidad de Stanford en la facultad de ingeniería química, los investigadores comenzaron a experimentar usando distintos materiales para crear un vendaje inteligente, con el objetivo de acelerar la recuperación de las heridas y la reparación de los tejidos, controlando el proceso de curación.
Por: Liliana Villegas
Las heridas crónicas actualmente son condiciones de salud que afectan en gran medida a los individuos que padecen enfermedades como la diabetes, por los altos niveles de glucosa en la sangre, lo que dificulta el proceso de cicatrización; las patologías que deprimen el sistema inmune como: el VIH, el lupus, la esclerosis múltiple, entre otras; y padecimientos venosos en el adulto mayor, por la insuficiencia de oxigenación en los tejidos de los miembros inferiores.
Para el tratamiento de estas heridas se hace necesario que el paciente realice varias visitas al hospital, aumentando así los costos en salud y siendo insuficientes los recursos para el manejo que requieren estos procedimientos; el vendaje inteligente es una alternativa más económica y efectiva, debido a que acelera la cicatrización y reduce el riesgo de infección y de muerte, a través del uso de un dispositivo compuesto por sensores de temperatura con circuitos inalámbricos y un polímero de hidrogel, que es un semiconductor orgánico, lo que resulta más fácil para que la superficie se incorpore a la herida y se separe de manera sencilla sin dañar el tejido nuevo.
Los sensores ubicados en el vendaje tienen una etiqueta RFID, la cual realiza la medición de los niveles de humedad transmitiendo los datos a un teléfono inteligente, de modo que no sea necesario que los médicos y/o enfermeras retiren el vendaje para verificar su estado; además, cuenta con una memoria, un estimulador eléctrico, una antena de radio, biosensores y un microcontrolador en una capa eléctrica que monitoriza en tiempo real la temperatura, el pH y el tipo de bacteria que pueda estar en la herida.
Todo este proceso tiene como eje principal la estimulación eléctrica llamada “galvanotaxis“, la cual promueve la migración de los queratinocitos al aumentar el flujo sanguíneo al tejido lesionado, lo que mejora la recuperación de la piel, reduciendo significativamente las infecciones bacterianas y evitando la formación de biopelículas en las superficies de las heridas.
Durante el periodo de estudio, se llevaron a cabo varias pruebas, evidenciándose un alto nivel de sensibilidad para detectar condiciones húmedas, secas y saturadas, convirtiéndose así en una herramienta muy útil para la atención en salud. En el momento se está produciendo una variedad de vendajes de modo que sean apropiados para cada tipo de herida.