La coleccionista de sumisos

?Buenas tardes, Ama Claudia ?dice Mario con voz baja al entrar a la sala de práctica. Tímido, nervioso, cabizbajo y como un niño que acaba de ser regañado no es capaz de mirarla a los ojos. Él se pone de rodillas, le besa el zapato derecho, luego el izquierdo y se levanta quedando a merced …

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