El pasado 19 de septiembre falleció la Reina Isabel ll, monarca de Inglaterra por 70 años -el reinado más largo en toda la historia de la corona británica-, una de las principales figuras mediáticas y políticas del siglo XX y parte del nuevo milenio. Reino Unido llora su partida, pero el deceso tiene toda una connotación geopolítica que merece ser mencionada, y no preciso por mero recordatorio histórico de la familia Windsor.
Por: Esteban Jurado Pedraza
@teban9615
El colonialismo de Gran Bretaña, como de otros países europeos, se extendió por África, Asia, América y parte del Pacífico. Países como Canadá, Australia e India-junto con otros 49 Estados reconocidos- hacen parte de la Mancomunidad de Naciones, organización con lazos históricos con el Reino Unido. Si bien desde 1950, no se guarda sumisión a la Corona Británica, sí le generan lealtad a la figura monárquica de Londres.
Así bien, Isabel ll representó el continuismo del colonialismo británico, pero presenció su inminente caída. Kenia fue un ejemplo en 1954. En medio de la rebelión keniana ante los británicos, surgió un fuerte movimiento independentista llamado Mau Mau, que fue reprimido por los ingleses. Hubo campos de concentración para torturar y asesinar a personas de la población Kikuyo, todo bajo el beneplácito de la Reina y Winston Churchill.
Otro cruento episodio fue la creación del Estado de Israel a partir de la invasión a Palestina, territorio dominado por los británicos desde 1917. Los judíos emigraron poco a poco bajo la complacencia de Gran Bretaña, después de la Segunda Guerra Mundial; dando como resultado un genocidio que hasta hoy, se sigue impartiendo por todo el territorio palestino y la resistencia de la Franja de Gaza.
Igualmente, se dio la invasión a las Islas Malvinas bajo el mandato de Margaret Tatcher en los 80s, pero de nuevo con el visto bueno de la Reina Isabel. Ahí, murieron cientos de jóvenes argentinos indefensos ante la avanzada de un ejército fuerte como lo es el de Inglaterra. Nunca hubo señal de compasión o diálogo de la avanzada del imperialismo británico.
Si bien Reino Unido está bajo un régimen parlamentario, las decisiones se dan previa aviso entre el Primer Ministro y el monarca de turno, como lo indica la BBC de Londres. La Reina Isabel ll fue consciente y con el poder de decisión ante actos cuestionables por parte del gobierno de Inglaterra. Bajo su mandato, el colonialismo inglés sometió a varias naciones soberanas en medio de un cambio de época importante.
Además, la Corona inglesa sigue siendo sostenida por los impuestos que paga la clase obrera del Reino Unido. Países como Irlanda tuvieron hasta insurgencias o guerrillas armadas con motivo de resistencia ante el dominio de la Corona. La contracultura de los años 60s y los movimientos independentistas fueron pan de cada día.
Si bien ya no es un régimen feudal, la monarquía inglesa sigue sobreviviendo en el mundo globalizado y atestado de democracia. La sociedad inglesa le sigue guardando lealtad y respeto, sin embargo ya se está convirtiendo en una figura netamente simbólica, mas no en la representación de los intereses de Inglaterra y el imperio de Gran Bretaña frente al mundo.
A pesar de su carisma y manejo de la Corona, la muerte de Isabel ll implica un cambio de rumbo en la monarquía. Ella sobrepasó eventos revolucionarios y mediáticos que modificaron el contexto del imperio británico, y su ausencia sí puede causar acciones de otros países que han expresado deseos de desligarse completamente del Reino del ahora rey Carlos lll. El paso a seguir es ver cómo una figura milenaria y vigente como la monarquía inglesa, sobrevive en un mundo donde ser subyugado ya no es una opción.