Hoy amanecemos con miles de muertos a nivel mundial por el coronavirus COVID-19 que ni las grandes potencias son la excepción, hoy no exhibimos con orgullo nuestro gran armamento militar porque nuestro enemigo no se combate con armas, ni siquiera lo vemos.
Escrito por: Luz Diana Cárdenas
Pensar en ¿cómo llegamos a todo esto?, ¿Que está pasando en nuestro mundo?, ¿esto fue planeado? o ¿es una lección de la naturaleza?, salir a las calles y ver con el distanciamiento de una mirada interior y cómplice a muestro vecino, al adulto mayor de la cuadra, al desconocido que compra en el mercado, al habitante de calle que no ve otra opción que quedarse tumbado en un andén, escuchar que todas las noticias van al mismo punto y que parece que la matemática no se detiene al aumentar las cifras de personas fallecidas es desolador.
Enfermedades infecciosas como el sars, la gripe aviar, el Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), el ébola, por solo nombrar algunas no pierden importancia frente a lo que ahora llamamos coronavirus COVID-19; palabra que no conocíamos hasta hace solo un par de meses y que no imaginamos frenara parte de nuestro modo de vivir obligándonos hacer las cosas de manera diferente.
Tal vez sea el momento de no ir tan rápido, de para por un instante y pensar en el cuidado del planeta, de los animales, de los ríos y mares, de ¿que estamos haciendo por nuestros padres?, por nuestros semejantes por nosotros mismos, entender que somos vulnerables, que no tenemos nada ganado y que un día al igual que nuestros antepasados abandonaremos este mundo, pero podemos dejarlo mejor de cómo lo encontramos con nuestras pequeñas acciones.