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I + C: Un paradigma emergente en Comunicación

Por: Jose Escobar Romero – jescobarr3@ucentral.edu.co 

En las últimas décadas, la Investigación + Creación (I+C) se ha consolidado como un paradigma académico y profesional que redefine el papel de la comunicación en la sociedad contemporánea y por esto, la más reciente cátedra de la Asociación Colombiana de Facultades de Comunicación – AFACOM reunió a expertos en la materia, quienes, en representación de diversas instituciones de educación superior, analizaron el panorama actual y los retos en materia de difusión del conocimiento. 

Más allá de la investigación tradicional, la I+C busca articular la reflexión crítica con la práctica creativa, generando nuevos lenguajes, formatos y propuestas que dialogan con la cultura, la política y la ciudadanía. En Colombia, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación – Minciencias ha reconocido esta modalidad como un campo estratégico para el desarrollo científico y cultural del país, incorporándola dentro de sus convocatorias y lineamientos de medición de grupos e investigadores, con lo que se valida el rol de los comunicadores como productores de conocimiento a través de la creación, integrando teoría, práctica y sensibilidad social.

En este sentido, la creación en comunicación no puede entenderse únicamente como la producción de piezas publicitarias, periodísticas o audiovisuales, sino que su espectro se amplían hacia la construcción de narrativas críticas, la experimentación estética y la generación de diálogos sociales, en concordancia con las directrices de Minciencias, a partir de las cuales, la I+C en comunicación debe contribuir tanto al campo académico como al desarrollo de soluciones innovadoras a problemáticas sociales y culturales. 

Esto significa que un documental, una serie transmedia, un podcast comunitario o una intervención urbana son al mismo tiempo creación artística y producción investigativa, de manera tal que hoy en día algunas universidades están implusando proyectos de I+C que abordan temas de memoria histórica, derechos humanos y sostenibilidad, mostrando cómo la comunicación puede convertirse en un vehículo de transformación cultural y social.

Laboratorios vivos y escenarios de experimentación

La aplicación de la I+C se materializa en prácticas de creación que funcionan como laboratorios vivos, en los que convergen la innovación tecnológica, la sensibilidad artística y la investigación académica. En la Universidad del Valle, por ejemplo, se han desarrollado proyectos de cine comunitario con poblaciones del Pacífico colombiano, en los que los estudiantes y docentes trabajan de manera colaborativa para narrar realidades invisibilizadas. 

Estas prácticas no sólo fortalecen la dimensión pedagógica de la formación en comunicación, sino que también generan productos tangibles que circulan en festivales, medios digitales y espacios culturales, mediante la práctica creativa, entendida esta como un proceso investigativo que permite conectar teoría y acción en escenarios concretos, lo cual refuerza el carácter aplicado de la comunicación como ciencia social y humanística.

Desde 2018, el Ministerio de Ciencia ha incorporado criterios específicos para evaluar productos de creación en comunicación y artes, reconociendo su valor como aportes de nuevo conocimiento, de desarrollo tecnológico o de innovación social, y esto implica que un proyecto de comunicación digital, una propuesta de narrativa transmedia o una campaña cultural pueden ser registrados y valorados en el sistema nacional de indexación, pues la política vigente ha abierto nuevas oportunidades para los comunicadores y creadores, quienes ahora cuentan con marcos oficiales que legitiman su producción como investigación, fortaleciendo la articulación entre academia, sector productivo y comunidades.

Investigación, creación y memoria histórica

Uno de los campos donde la I+C ha mostrado mayor impacto en Colombia es en los procesos de memoria histórica y construcción de paz, gracias a iniciativas como el proyecto “Verdad en la pantalla” de Señal Memoria, o los documentales desarrollados por colectivos de comunicación en Caquetá, Cauca y Chocó, que han demostrado cómo la creación audiovisual puede ser a la vez un ejercicio investigativo y una herramienta de reparación simbólica. 

La Comisión de la Verdad también reconoció el valor de la comunicación como espacio de creación y memoria, produciendo narrativas digitales, exposiciones itinerantes y podcasts que dan cuenta de los múltiples relatos del conflicto armado. Estos ejemplos muestran que la I+C no solo aporta a la academia, sino también a la reconciliación social y la construcción de ciudadanía.

La era digital ha potenciado de manera significativa las posibilidades de la I+C en comunicación y, hoy en día, los laboratorios de medios, las experiencias de realidad aumentada, la inteligencia artificial y los entornos inmersivos se convierten en plataformas de creación investigativa. Estas experiencias no sólo exploran nuevos lenguajes, sino que también generan conocimiento sobre el comportamiento de las audiencias, los consumos culturales y las formas de interacción social. 

La dimensión ética 

Toda práctica de I+C en comunicación debe estar atravesada por una reflexión ética que oriente tanto la producción como la circulación de los contenidos, sobre todo en un país como Colombia, marcado por desigualdades y conflictos, en donde la creación no puede reducirse a una dimensión estética, sino que debe contribuir a la justicia social, la inclusión y el reconocimiento de la diversidad cultural. 

Por eso, proyectos en comunicación comunitaria, que trabajan con poblaciones vulnerables, se convierten en referentes de cómo la I+C puede tener un impacto real en la vida cotidiana, de manera tal que la ética se convierte en un eje transversal que legitima los sentidos y las prácticas de la creación en comunicación, otorgándole credibilidad y pertinencia social.

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Desde estas motivaciones y perspectivas, las universidades colombianas han venido transformando sus currículos para incluir la I+C como eje de formación en comunicación, en una tendencia que responde a las exigencias de Minciencias y a las dinámicas del mercado laboral, que demanda profesionales capaces de investigar y crear de manera simultánea. 

Las Facultades y Escuelas de Comunicación Social en nuestro país han creado semilleros y grupos de investigación en los que sus estudiantes participan activamente en procesos de creación investigativa, desde el diseño de campañas sociales hasta la producción de cortometrajes, pasando por nuevos formatos como el podcast o el streaming, que vemos en iniciativas como Retina Bifocal de la Escuela de Comunicación Estratégica y Publicidad de la Universidad Central. 

Este enfoque no sólo fortalece la formación académica, sino que prepara a los futuros comunicadores para enfrentar los retos de un entorno complejo, donde la creatividad y la investigación son competencias inseparables.

Retos en la implementación

Las conversaciones suscitadas en el marco de la Cátedra AFACOM 2025 plantean que, a pesar de los avances normativos, la implementación de la I+C en comunicación enfrenta varios desafíos. Uno de ellos es la comprensión en algunos sectores académicos sobre cómo evaluar la creación como investigación, a pesar de que Minciencias ha establecido criterios, todavía existen debates sobre la rigurosidad, la sistematicidad y la validez de los productos creativos como aportes de conocimiento. 

Otro reto es la sostenibilidad de los proyectos, que muchas veces dependen de convocatorias temporales o apoyos institucionales limitados, razones por las que persiste la necesidad de mayor articulación entre universidades, sector privado y comunidades, para que la I+C tenga un alcance más amplio y no quede confinada a los espacios académicos.

La I+C también se conecta directamente con la economía creativa y cultural, conocida en Colombia como economía naranja, un sector que representa una oportunidad para que los comunicadores desarrollen proyectos innovadores que generen valor económico y social. Según el DANE, las industrias culturales aportan alrededor del 3 % del PIB nacional, y la I+C puede potenciar este impacto al generar productos con alto valor agregado en términos de investigación y creatividad. 

Experiencias como las de Señal Colombia en producción audiovisual, o los festivales de cine independiente que combinan creación y reflexión académica, muchos de ellos diseñados desde los barrios, las localidades o los municipios, evidencian la manera en que la I+C contribuye al fortalecimiento del sector cultural y a la proyección de los territorios en un lenguaje común de amplia difusión.

Investigación + Creación para el cambio social

Otra aplicación relevante de la I+C en comunicación es su potencial para impulsar procesos de cambio social a través de la comunicación estratégica. Proyectos como los de la Fundación Karisma, que combina investigación en derechos digitales con creación de campañas de incidencia, muestran cómo este enfoque puede transformar realidades sociales. De igual forma, la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) ha promovido la creación de narrativas innovadoras que investigan fenómenos sociales, desde la corrupción hasta la migración, por citar algunos ejemplos en los que la I+C no se limita a lo académico, sino que tiene una dimensión política y social, al generar nuevas formas de participación y deliberación ciudadana.

El futuro de la I+C en Colombia depende de su consolidación como práctica central en la formación de comunicadores y esto implica fortalecer las capacidades de los docentes, crear políticas institucionales de apoyo a la creación investigativa y promover la circulación internacional de los productos resultantes. 

En este escenario, los comunicadores serán no sólo narradores, sino también investigadores y productores de conocimiento, capaces de enfrentar los retos de un mundo digitalizado y global, exhortando a que las apuestas normativas e institucionales por reconocer la I+C se complementen con esfuerzos de las universidades, del sector cultural y del Estado, para garantizar que esta modalidad se convierta en un motor de innovación y transformación social.

En suma, la Investigación + Creación en comunicación representa un horizonte de posibilidades para Colombia, al integrar la sensibilidad creativa con la rigurosidad investigativa, entendiendo que sus sentidos y prácticas se articulan con las disposiciones gubernamentales, generando un marco institucional que legitima la producción de conocimiento desde la creación. 

Los casos de éxito en memoria histórica, comunicación digital, economía creativa y cambio social demuestran que la I+C no es una moda pasajera, sino una apuesta estratégica para la formación de comunicadores comprometidos con su tiempo, lo que valida la pertinencia de los debates propuestos por AFACOM en nuestro país, que necesita nuevas narrativas y puentes de reconciliación, escenarios en los que la I+C se convierte en una herramienta indispensable para imaginar y construir futuros posibles.

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