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Enjaulada y Liberada, un Duelo sin Fin

Jaula con flores

Por: Carol Tatiana Pardo Barragán. cpardob1@ucentral.edu.co
Siempre fui un cuervo en una pajarera de canarios, un bicho raro en un mundo de normalidad. La jaula dorada me sofocaba, me asfixiaba con sus expectativas y juicios.

Salir del armario fue como prender fuego a mi propia prisión. Vi el mundo arder en llamas y me lancé al vacío sin dudarlo. El miedo era mi combustible, la adrenalina mi paracaídas. Al revelar mi verdad, no solo temblé yo, sino que el mundo entero se estremeció ante mi audacia.

Mi familia, esos santurrones hipócritas, se deshicieron en pedazos ante mi verdad. El amor incondicional se convirtió en una farsa, en un arma arrojadiza contra mí. Soy el monstruo que ellos temían crear, la sombra que perseguían. Pero yo soy más que eso. Soy la revolución.

Salir del armario no es solo un acto de valentía, es un escupitajo en la cara de la sociedad. Es una declaración de guerra contra la normalidad, contra la monotonía, contra todo lo que me oprime. Soy un virus en el sistema, una espina clavada en la conciencia colectiva.

Soy torta, bollera, bruja, rebelde, demonio. Soy todo lo que te han enseñado a temer. Soy la energía que rompe las cadenas, la fuerza que destruye los muros. Mi fe es la rabia, la pasión, la rebeldía. Soy un dios pagano, una diosa salvaje.

Salir del armario es un viaje al infierno y al paraíso. Es morir para renacer, es destruir para crear. Es un camino lleno de cicatrices, pero también de alas que se extienden hacia lo desconocido. Soy una estrella fugaz, una supernova que ilumina la oscuridad.

El duelo por la pérdida de una identidad falsa. Es la muerte de lo que nunca fui y el nacimiento de lo que siempre he sido. Soy una fuerza imparable, un huracán que arrasa con todo lo que se opone a mi verdad.

Ya no soy una oveja negra en un rebaño blanco. Soy el lobo que guía a la manada, el cuervo que vuela libre en los cielos. Soy la revolución.

En este mundo de grises, yo soy la mancha indeleble, el graffiti en la pared de la conformidad. En este mundo de silencio, yo soy el ruido que rompe los tímpanos, la discordia que desafina la armonía. En este mundo de miedo, yo soy la pesadilla que no te deja dormir, el fantasma que te persigue. Soy la tempestad en un mar de calma, la llama que consume la oscuridad, la plaga que diezma a los puros. Soy la prueba viviente de que la diversidad es una fuerza, no una debilidad.

He aprendido a amar mis sombras, a celebrar mis monstruos interiores. Soy un caos ordenado, una explosión de colores en un lienzo monocromático. Soy un collage de experiencias, de amores tóxicos, de pérdidas dolorosas, de triunfos efímeros y de fracasos gloriosos. Soy un poema sin rima, una canción sin melodía, una obra de arte imperfecta y hermosa, una escultura viviente de la rebeldía.

Salir del armario fue el comienzo de mi verdadera vida. Fue el momento en que decidí dejar de esconderme y abrazar mi autenticidad. Fue como escupir en la cara de la sociedad, como decirle: ‘Aquí estoy, tal como soy, y me importa un carajo lo que pienses’. Y aunque el camino ha sido difícil, lleno de espinas y piedras, no me arrepiento de nada. Porque sé que al final, la verdad siempre triunfa, aunque tenga que quemar el mundo para hacerlo.

Artículo producto de ejercicios académicos. No es oficial de la Universidad y las afirmaciones u opiniones emitidas a través de ellos no representan necesariamente a la Institución.

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