Por Santiago Acosta
La pasión y euforia son el pan de cada día en el mundo del deporte, el vivirlo más allá hasta el punto de dedicar tu vida a dicho espectáculo como si de una religión se tratara; sin embargo, en el mundo de la lucha libre profesional, los aficionados son lo más importante y hacen de esta disciplina deportiva algo único.
El pro Wrestling tiene muchos años de existencia, sus inicios se dieron en la Antigua Grecia y años después en Roma, era conocida como lucha grecorromana; pero fue en México donde nació lo que se conoce a día de hoy como lucha libre profesional o pro Wrestling, a partir de aquí, México y Japón fueron los países más importantes para la extensión de este espectáculo, esto en parte gracias a sus fanáticos.
Las primeras funciones de lucha libre en México iniciaron a mediados del siglo XIX, cuando Enrique Ugartechea se dio a conocer como el primer luchador mexicano y creó las bases de lo que sería la lucha libre mexicana. Años más tarde se comenzó a popularizar el uso de las máscaras, a partir de aquí se convertirían en símbolo de identidad y legado para el luchador que las usa.
Por su parte, en Japón, el Wrestling comenzó a popularizarse cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, conflicto que tuvo al mundo en un caos de horror y sufrimiento, y en el país Japón no fue la excepción, dejándolo en crisis; las peleas por el honor dentro del cuadrilátero empezaron a hacer eco en la población que estaba golpeada, en los luchadores veían la valentía de cada persona que se atrevía a combatir, poco a poco fue naciendo lo que se conoció como Puroresu (término popular para la lucha libre profesional en Japón).
En estos países vemos cómo los aficionados y luchadores adoptan a este deporte como una forma de cultura, las vestimentas con colores, máscaras, nombres artísticos y la identidad del héroe o villano; al mismo tiempo, los fanáticos sienten conexiones por los hombres que se suben al ring, especialmente en Japón, donde muestran respeto y admiración por el hombre o mujer que sube al cuadrilátero a combatir.
Pero como en todo deporte, la lucha libre también es muy cuestionada por muchas personas, la gente que habla sin conocer y critican fuertemente al Wrestling: “es teatro, nada es real”, “es falso” son las frases que se escuchan por personas que no tienen el conocimiento real de lo que pasa dentro de un ring.
¿Qué sentido tiene ver a dos tipos semidesnudos golpeándose en un ring? O ¿Qué hace tan popular a este deporte? Son las preguntas que muchos nos hacen a nosotros, los locos que seguimos esta disciplina.
El seguidor de la lucha libre no sigue este deporte por las peleas, si no su gusto puede estar en otros deportes de combate como las artes marciales mixtas o el boxeo, pero lo que hace único y especial al Wrestling son sus historias y cómo armar una buena rivalidad.
El melodrama es lo que engancha a los aficionados, tanto nuevos, como antiguos; el fanatico de la lucha libre no sigue este deporte por los golpes, llaves Y diferentes estilos de combate, si no por la historia que se cuenta, el Storytelling o narrativa es más importante que el propio combate.
Así lo explica el periodista e investigador, Julio Velásquez Cornejo, en su tesis Espectacularización del deporte en la TV: el caso del programa de televisión de lucha libre Raw Supershow.
Menciona Julio Velásquez: “El conflicto emocional predomina sobre el deporte, el espectáculo se antepone al deporte, para ser un programa de lucha libre, antes de mostrar combates de lucha, se privilegia el desarrollo dramático de los conflictos emocionales entre los personajes, los luchadores”. Es la narrativa argumental que damos los seguidores del Wrestling para aquellos desconocidos que entran en este mundo de locos, el saber contar una historia y armar una rivalidad, es ahí lo que el fanático alaba o crítica.
Esta es la magia del pro Wrestling, el arte de romantizar las historias, de amar al héroe que defiende sus principios y busca lograr su sueño, sentir repudio por el villano que busca destruir los principios del héroe, o ya simplemente sentir la admiración por el combatiente, independiente de su rol dentro de la historia.
La lucha lib
re está muy infravalorada en comparación de otros deportes, pero son sus seguidores los que mantienen con vida a esta disciplina, el Wrestling se viene extendiendo desde tiempos inmemorables en diferentes países alrededor del mundo.
Pero hoy en día, tenemos nuevo talento y luchadores excepcionales que vienen de otras partes del mundo: Gunther, de Austria; Stephanie Varquer, de Chile; Will Ospreay, de Reino Unido; Malakai Black, de los Países Bajos; Giulia, de Italia, son unos de los cuantos casos que se ven de la expansión de la lucha libre profesional.
Bueno, y ¿qué pasa con la lucha libre en Colombia? Aquí se le está dando un seguimiento al Wrestling pese a no ser tan popular como lo es el fútbol, el ciclismo u otros deportes; la comunidad de fanáticos colombiana, Colombian Wrestling Community (CWC), está impulsando esta disciplina en el país cafetero, gracias a las reuniones constantes que realizan en bares para ver los eventos pague por ver de WWE y las invitaciones a eventos de lucha libre aquí en Colombia.
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Artículo producto de ejercicios académicos. No es oficial de la Universidad y las afirmaciones u opiniones emitidas a través de ellos no representan necesariamente a la Institución.