William Camilo Fuquen Rey
Ni una más es una serie de Netflix, producida en España, que nos narra la historia de Alma, una estudiante de 17 años que está cerca de terminar el bachillerato. La historia se rompe cuando un perfil anónimo decide subir una foto con un mensaje que dice: “Esta soy yo el día antes de que me violaran”.
Ante esta situación empiezan una serie de acontecimientos sobre la veracidad de la denuncia y, en caso de que la acusación sea cierta, saber quién es el agresor y quién es la víctima. Tras descubrirse la agresión sexual, Alma llega al Instituto a colgar una pancarta que dice “Cuidado. Ahí dentro se esconde un violador”.
La serie se devuelve en el tiempo para revelar todos los sucesos que condujeron a la exhibición de la pancarta de Alma. La serie se enfoca en mostrar el marco social y machista que origina las distintas formas en las que las mujeres sufren diversos tipos de agresión sexual.
Ninguna está exenta
Lamentablemente, esta historia nos da a entender de que no hay ninguna mujer que esté exenta de este tipo de agresiones por género. Laura Polanco, profesora de la ECEP, nos cuenta una situación de agresión que tuvo que vivir, debido a que, engañada por un colega quien le ofreció publicar un artículo en una revista, asegurando que le ayudaría con todo el proceso del armado del escrito.
Motivada por esta propuesta, Laura aceptó una citó en una cafetería para hablar sobre el tema, sin embargo, cuando ella llegó, él la estaba esperando con unos chocolates y unos detalles, lo que le permitió intuir las intenciones de su compañero, ante lo que ella afirmó estar casada, pero aún así, a su colega no le importo y siguió coqueteando, generando un momento incómodo de agresión. A pesar de la negativa, días después de lo sucedido, él siguió contactando con ella, incluso en altas horas de la noche.
Pero esta no es la única experiencia por ella conocida, pues en alguna ocasión, se acercaron a Laura algunas de sus estudiantes, para compartir con ella que, precisamente este mismo profesor estaba escribiéndoles e incitándolas para salir, a lo que ella les aconsejó abrir un caso para seguir todo el debido proceso, de esta forma sacándolo de la Institución para evitar que siguiera acosando a profesoras y a estudiantes.
Ningún lugar es seguro.
Melisa Aguilar, estudiante de Publicidad de la Universidad Central, nos comenta como ella siempre que sale de sus clases tiene que actuar a la defensiva y siempre siente las miradas, ya sea juzgando o a modo de perversión, por lo que la desconfianza se convirtió en su día a día, a lo que se suma el conocer de múltiples casos de agresión que sufren las mujeres en la capital y que son reportados diariamente en los medios.
Sofía Riveros, estudiante de Comunicación Social y Periodismo, nos comentó que sufrió un caso de violencia dentro de una relación tóxica que le decía cómo vestirse, cómo actuar, con quién hablar, llegando al punto de intentar agredirla en público, una conducta que se replicaba en la intimidad, en donde ella se sentía obligada por él para complacerlo en sus deseos.
¿Qué hacer si sufro una de estas agresiones de género?
Natalia Perdomo, psicóloga de Bienestar Estudiantil, nos aconseja que en caso de sufrir algún tipo de agresión o violencia de género, se debe acudir inmediatamente al GRI (Grupo de Reacción Inmediata) que atenderá el caso y brindará toda la ayuda necesaria para poder solucionarlo de la mejor manera.
Ya sea que se necesite apoyo emocional o no, se asignará una cita psicológica con Bienestar, o si ya escala a situaciones judiciales, los profesionales a cargo ayudaran con el proceso correspondiente, en conjunto con el Consultorio Jurídico de la Universidad, todo esto con el fin de que las mujeres agredidas sepan que no están sola y que cuentan con una red dispuesta a apoyarles.
Esto nos pone a pensar que las mujeres siguen siendo atacadas y violentas a día de hoy, e incluso, que ninguna está exenta de este tipo de actos, por lo que es fundamental seguir trabajando como sociedad para borrar las barreras de género, que ocasionan violencias, maltratos y desigualdades en la cotidianidad, para de este modo, quitar estos limitantes de progresión en el mundo.
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