Actualmente hemos visto la gran popularidad que poseen los famosos vehículos no tripulados (VANT), comúnmente llamados drones. Esta tecnología, en los últimos años ha tenido un crecimiento exponencial en cuanto a su desarrollo, innovación y potencial de alcance, no solo en términos de su capacidad de vuelo, sino también en cuanto a las funciones que puede llegar a desarrollar. Si bien, en un principio los drones nacieron en un entorno militar, con el fin de explorar territorios y realizar operaciones de forma autónoma, su función actual va mucho más allá de eso, entrando a las esferas del entretenimiento, la fotografía e incluso el salvamento, los primeros auxilios, entre otros.
Este constante crecimiento en Colombia, según la Aeronáutica Civil, entidad encargada de la normativa en drones, se ha visto evidenciado en el uso promedio de unas 2000 a 6000 unidades al año, cifras que se pronostican para el 2018 serán superadas. Adicional a esto, la industria tecnológica proyecta una ganancia de 100 billones de dólares para el 2020, en donde la principal rentabilidad provendrá del sector recreativo.
Así, es necesario que la industria se acople a los requerimientos del futuro, enfocando el desarrollo de estos drones, ya no solo en aquellos aparatos de gran tamaño y de cortas capacidades de vuelo, pues las grandes industrias chinas junto a la NASA, han sabido leer la proyección de estos aparatos y explorado este campo buscando fusionar la optimización del tamaño y de una mayor potencia.
Un claro ejemplo del avance de esta tecnología, es el dron Ptera, un modelo de avión no tripulado desarrollado por la NASA, el cual no solo permite una recolección de múltiples datos, sino que rompe los estándares de los vuelos subsónicos tradicionales, al contar con la capacidad de doblar sus alas en pleno vuelo. Esto no gracias a algún mecanismo hidráulico tradicional interno, sino que lo realiza de forma autónoma al percibir un cambio de temperatura, doblando sus alas a un máximo de 70 grados. Así, este nuevo dron permite abrir el camino al desarrollo comercial de los vuelos supersónicos, altamente beneficiados por esta nueva forma de adaptación en pleno vuelo.
Podríamos decir que los materiales pesados y limitantes se dejan a un lado, para dar paso a una independencia completa de uso, la cual plantea a futuro la posibilidad de vuelos en dron a niveles supersónicos en cualquier atmósfera climática, al transformar sus alas con un material de memoria térmica y ofrecer mayor manejabilidad de los aparatos. Pero esto, no solo se limitaría a vehículos no tripulados, sino que también llegaría a los medios comerciales, reduciendo a niveles inimaginables los tiempos de viaje tradicionales.
Ahora, no nos centramos únicamente en un gran avance en cuanto a velocidad y desarrollo de esta nueva capacidad de adaptación, sino que el tamaño de estos drones se ha reducido notablemente, sin afectar su potencia. Así, la reconocida firma China DJI, se ha centrado en este punto, con la creación del dron Mavic Air, el cual es capaz de plegarse sobre sí mismo hasta tal punto de adoptar el tamaño de un Smartphone. Se nos plantea entonces la posibilidad de llevar en nuestro bolsillo, un dron con una cámara de 12 megapíxeles y video 4K de hasta 30 fotogramas por segundo, el cual, si bien es de un tamaño reducido, cuenta con un sistema detector de obstáculos, una capacidad de vuelo y ventilación mayor a aquellos drones tradicionales.
El avance tecnológico y la optimización de esta nueva generación de drones, abre las puertas a múltiples posibilidades de uso, en donde se fusiona la adaptación y la transformación en pleno vuelo casi ficticia e irreal de estos drones en cualquier clima, junto a la reducción de tamaño y portabilidad. Así, esta tecnología ha roto los estándares para los cuales tradicionalmente fue creada y nos plantea su posible uso para todo tipo de actividades en cualquier momento y espacio.
Un claro ejemplo de esta nueva adaptación, es la implementación de una pequeña flota de 7 drones capaces de sumergirse 130 kilómetros bajo hielo, en busca de recolección de información sobre el deshielo de la Antártida, así, tareas inalcanzables para el hombre podrán ser realizadas por estos drones pequeños y potentes.
Ahora, se dijo que esta optimización creada por la NASA a futuro permitirá a estos drones volar a velocidades supersónicas y si se propone el implantar estos mecanismos junto a los tamaños reducidos y plegables se podría decir que prácticamente podríamos tener en una mano y en nuestro bolsillo un dron capaz de realizar vuelos a kilómetros de distancia y en minutos. Entonces, su capacidad y funcionalidad tendrían millones de oportunidades inimaginables, al integrar un sistema de rastreo entre dueño y dron, junto a la captura 360 grados de una visión en 3D y slow motion.
El contar con un mecanismo capaz de doblar metal y materiales realmente pesados y densos mientras estos están en pleno uso, como las alas de un avión; no se limita a ser el puente para los vuelos supersónicos, sino que también se plantea su uso en otros posibles medios de transporte, como barcos y automóviles, en donde esta tecnología no solo representa un gran avance para la industria, sino que también optimiza costos y rentabilidad en términos comerciales, al mover más, en menos tiempo.
La posibilidad del ciudadano común y corriente de acceder a una tecnología como esta no es muy lejana, ya que esta firma China ya ha lanzado al mercado este dron plegable a un costo de USD $799, aproximadamente 2.397.000 COP. Entonces, es realmente viable que en un futuro sea totalmente accesible tener un el bolsillo un dron de gran capacidad que pueda usarse para lo que se desee sin importar las condiciones del entorno, así como puede ser llevado en el bolsillo de un explorador, puede sumergirse en aguas congeladas y alcanzar velocidades de 70 km/h.
Finalmente diríamos que los drones se están transformando y adaptando de forma irreal para realizar casi cualquier tarea, ya no solo militar, de vigilancia o de video, sino que posiblemente se conviertan en un elemento fundamental de nuestro diario vivir, que llevaremos en el bolsillo de nuestro pantalón, casi como un celular, al que podremos acceder en cualquier lugar, momento y espacio, capaz de realizar múltiples funciones en tan solo segundos, en donde la fusión de la optimización del tamaño y la transformación en pleno vuelo permiten acceder a drones supersónicos totalmente portátiles y potentes.