A menudo en las calles vemos titulares amarillistas en los periódicos populares y que en la mayor parte de las veces se han calificado como el producto de una sociedad morbosa, como un espacio que se alimenta de la tragedia, como un destape comercial, desde hace mucho tiempo se han manifestado criticas y rechazos a este periodismo, ya que se le considera como oportunista, falto de ética carente de creatividad.
Ahora bien pensemos que la prensa popular esconde un fenómeno cultural, que permite enfocarnos en la comunicación del consumo mediático, teniendo un interesante pasaporte a la sensibilidad popular; por medio sensacionalista, amarillista de sucesos, se entiende un estilo de periodismo cuyo contenido resalta lo sexual, el deporte y crónicas rojas que no tienen entrada en los medios tradicionales.
Sensacionalismo se refiere a una manera de desarrollar las noticias en donde, privilegiando los hechos se exageran las emociones que se pueden traducir, pero cuidando lo correspondiente con la realidad.
De esta manera se está llevando un proceso que consiste en que empresas de prensa informativa tradicionales le apueste a ciertas constantes formales del estilo sensacionalista, con el fin de llegar al público popular, todo esto entendido que día tras día los periódicos sensacionalistas están herrando en el aumento de lectores, algunos con su alta participación en el mercado de los lectores, tienen muy baja participación publicitaria.
Los medios sensacionalista buscan identificarse con los estratos populares y buscan una amistad y confianza con estos sectores entre su destino esta acortar las distancias y borrar diferencias entre clases, aunque en la mayoría de los casos el amarillismo se confunde con el sensacionalismo, es importante aclarar que el primero hace uso indiscriminado de los hechos rayando la ficción y el segundo privilegio de los hechos pero exagerando para hacer provocar emociones extremas.
Ya que nos muestra las transformaciones culturales de las que fue fruto este tipo de periodismo es que no nos podemos dar el lujo de los cambios que suceden en el interior de la sociedad. Detrás de ellos se esconden las preferencias y el lenguaje de un lugar desierto para la comunicación publicitaria “La popular”.