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Un gremio que se transforma

Por: Camila Andrea Salgado Prieto

 

La violencia de género, el acoso sexual y los riesgos psicológicos son algunas de las problemáticas que enfrentan diariamente las mujeres taxistas en esta industria, altamente dominada por los hombres.

 

Para dar una muestra de ello, nos acompaña Jennifer Parada, una mujer que día a día rompe con los estereotipos en su oficio como conductora de taxi, en esta labor lleva 14 años abriendo oportunidades a más mujeres para que logren sus objetivos. Actualmente, conduce su taxi en las calles de Bogotá día y noche.

 

Dentro de su trabajo, Jennifer nos cuenta cuáles fueron sus inicios y qué la motivó a seguir en esta labor:

 

“Bueno, yo comencé por experimentar, había dejado un trabajo y me estaba reintegrando a la vida laboral y quise empezar en eso, mi esposo es taxista hace muchos años, quise seguirlo porque vi que se podía dar la oportunidad. Empecé y me gustó, es una experiencia chévere, de mucho aprendizaje, aprendizaje diario y de muchas experiencias engrandecedoras”.

Un gremio que se transforma

En el momento que Jeniffer decidió volver a la vida laboral en medio del tráfico de la ciudad también nos contó, cuál fue la experiencia más angustiosa que ha tenido que vivir:

 

“Han sido muchas, he tenido varias angustiosas pero entre otras, el día que un pasajero me atracó y me robó el celular, era un chico normal con una mochila, estuvimos más de media hora, estuvimos en el trayecto por trancones y demás, y de repente se abalanzó sobre la silla del piloto, se me llevó el celular, y se botó del carro…

Pero detrás mío venía otro taxi, el pasajero se dio cuenta que me habían atracado, le avisó al conductor y entre los dos lo redujeron y me devolvieron el celular, yo quedé super paniqueada. Lo golpearon y me recuperaron el celular, pero yo quedé agarrada al timón y muerta del pánico, pero fue solo eso, el susto, la experiencia de angustia”.

Como esta, es una de las miles de experiencias que viven las mujeres taxistas en su labor diaria, actualmente hay 3.500 mujeres que son conductoras o propietarias de taxi, según la Alcaldía de Bogotá. Lo anterior, hace que el gremio cambie la perspectiva y no sea solamente un gremio para hombres sino que también abre la oportunidad para las mujeres.

 

Aunque es un campo que evidencia las diferencias laborales ocasionadas por la brecha de género, Jennifer enfatiza en la importancia de sentirse segura y tranquila mientras trabaja, además, nos habla sobre una idea de mejora para estar atentos a cualquier situación.

 

“El tema complejo ahorita es la inseguridad, ya que hay demasiada agresión a la comunidad en general, de pronto tener la posibilidad de enviar una señal de pánico para que la gente alrededor se de cuenta que uno está pasando por una situación angustiosa, porque realmente uno se asusta mucho y no sabe qué hacer ni cómo reaccionar…

 

Tal vez tener un bombillo o una luz que diga SOS o ESTOY EN PELIGRO para que las personas que están afuera dimensionen y puedan poner en alerta y ayudar”. Además de que este es un desafío para la comunidad de taxistas y para Bogotá, menciona cuál ha sido el mayor reto al que se enfrenta diariamente:

 

“El reto es lograr culminar un día de trabajo, que es aproximadamente de 14 a 16 horas diarias, llegar a casa bien y lograr salir ilesa de la inseguridad y la movilidad de Bogotá, ese es el reto más grande, poder trabajar sin novedad a casa donde está la familia esperando”.

Además de toda esta transformación que hemos venido hablando, cuál es la reflexión y el mensaje para aquellas mujeres que ven la oportunidad de ser taxistas pero temen iniciar esta labor:

 

“Es una bonita labor, es servicio al cliente, que se puede hacer y lo hacemos muy bien, las mujeres generamos mucha más confianza a la comunidad y basada en estadísticas puedo decir que las mujeres presentamos baja accidentabilidad comparado con la de los hombres, que hay que intentarlo y lo podemos hacer muy bien”.

 

Así como lo menciona Jennifer, “hay seis veces menos siniestralidad en las mujeres que en los hombres” según la alcaldía de Bogotá, esta es una cifra que nos demuestra las habilidades que tienen las mujeres para conducir y relacionarse con las personas.

 

El camino es largo para seguir construyendo un espacio en el que las mujeres puedan sentirse seguras en cualquier actividad que deseen llevar a cabo, todo esto encaminado a empoderar colectivamente a las conductoras, haciendo frente a barreras de género para sostener sus actividades en la industria del taxi.

 

 

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