El pasado 22 de enero del 2022, se encontró a Milú, una gatita de aproximadamente dos años en una bolsa de basura junto a sus tres pequeños, eran gatitos con unos días de nacidos, lastimosamente uno de ellos, sin vida. Ella estaba en la puerta del parqueadero de la sede general del ICBF.
Los vigilantes fueron los que escucharon ruidos y movimientos provenientes de las bolsas de basura, pensaron que podría ser un recién nacido, pero se encontraron con tres gatitos moribundos.
A pesar de que uno de los vigilantes dijo que lo mejor era dejarlos botados y esperar a que se murieran, ya que se veían bastante graves, nadie tomó en cuenta su opinión, pues Sánchez sintió una conexión inmediata con Milú y no quería dejarla morir sin hacer nada al respecto.
Cáceres, uno de los vigilantes optó por llamar a su cuñada Alicia Méndez, ya que ella es veterinaria y sabría darles instrucciones frente a cómo manejar la situación, sin poner en riesgo su seguridad, ya que no sabían si los gatos tenian alguna infección contagiosa, ni tampoco la vida de los gatos.
Alicia les dio recomendaciones claras y llamó a su colega Hector, quien tiene una veterinaria por la zona. El llegó en minutos y llevó los animales para su clínica veterinaria que quedaba a unas calles
Héctor hizo todo lo posible por salvar la vida de los pequeños y su madre, sin embargo, falleció otro de sus pequeños, dejándola así solo con un hijo, que duraron unos días en recuperación.
El personal de aseo y vigilantes realizaron una rifa dentro de la institución para poder pagar todos los gastos del veterinario incluidos los medicamentos de Milú y su bebe, recolectaron lo suficiente para la comida y todo lo que necesitaran, ahora tendría que buscarles un hogar responsable y seguro.
Pero nadie se quería hacer cargo de los animales, son una gran responsabilidad, casi como un hijo. Sánchez quien fue uno de los vigilantes que más pendiente estuvo de la recuperación de Milú.
Hablamos con él y nos cuenta que en su casa tiene dos gatos y su perro Max, el vive en el occidente de Bogotá con su esposa, su hija y sus mascotas, dice que tiene toda la intención de ayudar a Milú, pues es una gatita muy amorosa, pero no puede llevarla a casa y tampoco quisiera dejar que un extraño se la lleve, pues puede volver a hacerle daño.
Yolanda, quien también ha conocido la historia de Milú desde el comienzo, asegura que es una gatita muy agradecida, todos los días la espera en la puerta trasera de la cafetería a la hora del almuerzo, pues Yolanda le lleva algunas sobras de comida a Milú.
Sánchez en la tarde alrededor de las 4 pm, le deja a Milú un pequeño tazón con agua y un poco de comida, en la mañana Sánchez aprovecha su descanso de 20 minutos para mirar que Milú se encuentra bien y jugar con ella.
Pasaron más de tres meses y Milú es ahora una de las gatitas más cariñosas con todos los trabajadores y colaboradores del ICBF, todos ya la conocen y respetan su espacio, ese es ahora su nuevo hogar.