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Joven Soachuno cae al Salto del Tequendama.

Como cualquier día de la semana, los bomberos del municipio de Soacha se encontraban trabajando con normalidad, de pronto recibieron una llamada de emergencia. Un grave accidente había sucedido, un joven perdió el control de su bicicleta y cayó al río  Bogotá, justo antes de  la desembocadura, cerca a la caída de 157 metros de altura que éste río posee.

Así fue como el pasado martes 15 de junio del 2021, los bomberos oficiales, voluntarios y policía, emprendieron la búsqueda de Cristian Alexis Romero, cosa que no fue fácil, ya que la fuerza y la bravura del río Bogotá hicieron que los rescatistas tuvieran dificultades para poder acceder al pronto rescate del joven.

Cristian salió de su casa rumbo a Mesitas del colegio, un municipio bastante cercano a Soacha, junto con su hermano y dos amigos; todo estaba transcurriendo tranquilamente, cuando en una curva cercana al Salto del Tequendama un carro salió de la nada con las luces tan altas que cegaban al igual que el sol y el joven perdió el control al no poder ver.

Salieron cerca de las siete de la noche hacia Mesitas, para realizar un ciclo paseo familiar, según Noticias día a día, sus familiares relatan la forma en la que ante sus ojos Cristian desapareció y se perdió entre la turbulencia del río. Con desesperación intentaron buscarlo pero era poco lo que ellos podían hacer.

Rescate de joven que cayó al río Bogotá Foto tomada de: Soacha se informa.

La luz de la luna alumbraba su camino, pero el estado de la vía no era buena compañía para su travesía, debido a que el joven al no poder ver, perdió el control de su bicicleta e impactó directamente contra el muro de contención y por la velocidad salió disparado al río con tal fuerza que sus acompañantes no pudieron ayudarle.

Todos los intentos de rescate parecían transcurrir en vano, el agua hostil y la tierra fría que se encuentran en las inmediaciones del río parecían no cooperar, el reloj marcaba las 24 horas de la desaparición de Cristian pero ninguno de los rescatistas tenía pistas de donde podría estar el joven o su bicicleta.

Tendría que pasar aún más tiempo para que se supieran sobre el paradero de Cristian, ya que las hipótesis que se hicieron sobre su paradero fueron muchas, pero nada podían hacer si las compuertas del río no se cerraban para que el caudal del río Bogotá fuera menor y pudieran tener un panorama despejado y mucho más tranquilo para su búsqueda.

Los días pasaban y los testigos del suceso no podían tener el consuelo de saber sobre el paradero de Cristian, ya que a pesar de los llamados no cerraban las compuertas y por más que quisieran, los bomberos no podían descender en su búsqueda, pidieron a la comunidad que se comunicaran si veían algo, pero nadie se comunicó.

Las horas y los días transcurrían y por fin, pudieron encontrar algo del joven, su bicicleta apareció y allí sus familiares y equipo de rescate comprendieron que estaban cerca de encontrar su cuerpo.

Varias vidas se han perdido en las cercanías del Salto del Tequendama por diversas causas que han alertado a la comunidad varias veces al año, desde accidentes, hasta intentos de suicidio se presentan en las inmediaciones del río, sin embargo este accidente puso a la comunidad a cooperar para poder esclarecer el paradero del cuerpo de Cristian.

Nueve días después del accidente aún no se cerraban las compuertas del río Bogotá y el enorme flujo del río continuaba. Los familiares, personas cercanas, vecinos y amigos estaban conmocionados por el caso de este joven.

Ante la negativa de la administración municipal de cerrar las compuertas por unos pocos minutos, propusieron realizar diferentes acciones, entre ellas, una velatón.

Así, la noche del 24 de junio del 2021 se realizó una velatón  frente a la casa municipal o casa de la alcaldía, con todas las personas que quisieron acompañar este acto simbólico para exigir a la alcaldía de Soacha que se cerraran las compuertas para finalizar la búsqueda de Cristian Alexis.

Las velas alumbraron el frío de la noche, para darle calor a la familia, amigos y conocidos de Cristian, la ausencia de su cuerpo terrenal  los tenía completamente desconsolados, realizaron  la velatón con tanta fé  y se aferraron con todas sus fuerzas a la esperanza de ser escuchados, que sucedió lo impensable y finalmente pudieron conseguir que las compuertas se cerrarán.

Diez días después, el reloj marcaba las 10:15 de la mañana, una brisa hizo que las hojas de los árboles cercanos a la cuenca del río se golpearan unas a otras y el olor a eucalipto permeó el ambiente lúgubre que tenia la búsqueda incesante del cuerpo del joven.

Finalmente, estaba allí esperando a ser encontrado, esperando por quienes lo buscaban para darle paz a su familia y concluir la búsqueda incesante que parecía lejana, pero que después de tantos días, ya había llegado a su fin.

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