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Historia de una suplantación

Por: Jeison Malaver

El día 7 de septiembre del año en curso, una estudiante centralista, llena de sueños y metas deportivas, se encontraba ansiosa por asistir a un encuentro de “ASCUN” juegos deportivos universitarios, a pesar de que ella tenía el tiempo limitado para llegar al lugar donde se daría el encuentro.

Ella insistía en terminar su clase de actuación y salir corriendo para poder llegar a tiempo y que por supuesto fuera una de las cinco jugadoras iniciales.

Cuando va de camino al parqueadero de la universidad, se le extravía el recibo del parqueadero, ella comienza a llorar desconsoladamente, pues según ella lo había perdido en el salón y por culpa de esto no alcanzaría a llegar a su anhelado partido.

En medio de la búsqueda llega un trabajador del parqueadero y le dice: Mira este recibo se te cayó apenas saliste del ascensor, del afán que ella tenía ni las gracias le dio al señor, salió corriendo a pagar el recibo para poder salir.

Cuando ella y su acompañante logran salir a las majestuosas calles de la ciudad de Bogotá, tienen una serie de discusiones, pues el acompañante no tomaba las mejores rutas y no andaba a la velocidad que ella necesitaba para llegar al lugar.

A pesar de la congestión vehicular que caracteriza a la ciudad, ellos logran llegar al lugar 5 minutos antes de lo estimado, por supuesto la alegría de esta persona al llegar a tiempo fue increíble y lo único que dijo al bajar del carro fue: “Al fin llegamooooos”.

Procede a cambiarse y a iniciar el calentamiento con las demás niñas del equipo, momentos antes de iniciar el partido, el entrenador le pide que se acerque para imponer un número adicional a el que ella ya tenía que era el número 5, finalmente con un esparadrapo ella termina siendo la número 15 y otra de las niñas del equipo la 5.

Ella no le vio inconveniente a que le impusieran un nuevo número que no le pertenecía, el partido inició y las ansias del entrenador porque el equipo de la universidad le ganara a su adversario “Universidad Sergio Arboleda” actual campeón del torneo Ascun- Nodo Bogotá.

El partido sigue en marcha y una de las jugadoras del equipo de la Central se cae mal y termina lesionada, aquella jugadora necesita salir del escenario en silla de ruedas. Nicole desde el área de suplencia se emociona porque cree que su momento para ingresar al partido ha llegado. 

El entrenador llama a otra niña que se encontraba allí, dejando a Nicole en el banquillo nuevamente. 

Minutos antes de que finalizara el partido Nicole le empieza a hacer gestos a su acompañante diciendo que ya no la van a dejar jugar, pues su equipo iba a perdiendo y el entrenador creía que las habilidades Nicole no eran suficientes para competir contra este equipo.

 

Finaliza el partido con un marcador no favorable para el entrenador de la Universidad Central, Nicole se despide de sus compañeras y se retira del lugar con los ojos aguados, pues el entrenador no la dejo jugar, se cuestiona acerca de lo que está haciendo mal y de todo lo que le sucedió antes de llegar al partido.

 

Nicole llega a su casa con las lágrimas en los ojos, claramente la preocupación de sus padres está presente y le empiezan a cuestionar de ¿Por qué está llorando? Nicole no quería hablar con nadie pues la tristeza la invadía, su mejor refugio fue encerrarse en su habitación y dormir hasta el otro día.

Al día siguiente, Nicole despierta para llegar a su clase de 7 en la Universidad Central, ella habla con una compañera que prefiere que su identidad no sea revelada, mencionando a Nicole que no se debía sorprender por estas actitudes del entrenador, pues este sujeto solía hacer esto con recurrencia.

El día sigue avanzando y cuando Nicole va de camino a su casa con su pareja, él chequea la planilla de juego del día anterior y en medio de su no conocimiento acerca del tema le menciona: ¿Esto que está aquí en la planilla de juego hace referencia a que tu jugaste? O me estoy equivocando.

Nicole revisa la planilla a la cual no le había dado mucha importancia, evidenciando que el entrenador junto con otra jugadora usaron su identidad y la suplantaron para que aquella persona pudiese jugar, pues según el entrenador ella tenía mejores habilidades que Nicole. 

Aquella persona no podía hacer parte de este torneo, ya que se necesita un promedio académico de 3.5 para poder estar presente en estas competencias, es por esto que la mejor opción de esta persona fue suplantar la identidad de Nicole.

Nuevamente Nicole llega a su casa y le comenta a su padre acerca de lo que había pasado “No es que no me hubiese dejado jugar, suplantaron mi identidad” le dice a su padre en medio del llanto que se apoderaba de ella.

Su padre en medio de la rabia escribe una carta a la red jurídica de la Universidad Central, pero esta nunca fue respondida por el área anteriormente mencionada.

 

Al ver que nadie respondió su carta, decide dar un paso más grande y comunicarse con los directivos de ASCUN, donde él habla acerca de lo sucedido, y con las pruebas suficientes ha empezado una investigación al entrenador, donde el padre espera que le den una respuesta acerca de lo sucedido por parte la Universidad Central.

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