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EL ARTE DE LA MAGIA OCULTA

 

El pasado sábado 2 de Abril y como de costumbre, caminando por la calles de la ciudad de Bogotá, decidí buscar uno de los espacios con una gran carga energética, hasta el día de hoy no sé si buena o mala pero, tan solo con entrar al lugar, se siente, se sintió.

 

Tras caminar durante 30 minutos por las calles del centro de la ciudad en el barrio Santa Fe encontré un local, parecía una tienda de artesanías en su fachada exterior, pero así como lo dijo ella al entrar al espacio, “bienvenidos al espacio arcano”, un lugar lleno de misterio y con mucha carga energética.

 

Cuando abrimos la puerta del lugar no les voy a negar, se sintió extraño, sentí como una clase de mareo, el espacio estaba ambientado con demasiadas artesanias, artesanias normales supongo, parecía una simple tienda, e incluso cuando salió a saludarnos pensamos que habíamos perdido el tiempo, pero al contrario, fue un tiempo muy bien aprovechado.

El arte de la magia oculta

 

}Al principio no estaba muy segure, tenía miedo de perder, perder mi dinero o peor, mi energía. Con calma, nos empieza a enseñar sus artículos místicos, el cual fue como un sortilegio mágico que recreó la confianza a depositar mi cuerpo en ella.

 

Aunque al inicio intentamos parecer lo más natural posible, ya ella lo sabía, siempre lo supo, fue como si ella ya hubiera conectado con nosotros en el pasado y nos encontrábamos en el ahora.

 

Cuando unimos las manos o empezamos a leer las cartas, ella se detuvo y nos tranquilizó con un té, dijo asi van a tener miedo a su futuro, mejor ni miremos su presente” fue tan tranquila al explicarnos la situación que cuando terminamos nos sentíamos cargados.

 

Si bien ella comenzaba hablando de la energía como su forma de trabajo, nunca lo hizo de forma provechosa, utiliza, maneja y trabaja con las energías de las personas pero nunca se alimenta de ellas, todo su trabajo se basa en el respeto, en construir ese respeto a lo poco visto.

 

Ese día, conocimos a una mujer maravillosa, que nos hizo llorar, no porque nos haya hablado sobre nosotros con ayuda de sus cartas, la lectura de manos y del café, sino porque consiguió una conexión desde el respeto al arte oculto como ella lo llamó.

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