TURNING RED: La metáfora de Pixar sobre la adolescencia



Por: Sara Sofía Díaz Cañón

Disney y Pixar tienen en su historial una variedad de filmes animados a su nombre en donde las relaciones familiares y sus conflictos son el centro de la historia. A pesar de que en un principio en películas como Cenicienta reflejaba el abuso psicológico a través de figuras paternas, en los últimos años se han arriesgado a reflejar una realidad: No todas las familias tienen un final feliz.


A principios del siglo Pixar estrenó Buscando a Nemo, una película que trata la travesía de un padre al reconocer las habilidades de su hijo dentro de una sobreprotección paternal después de una pérdida. Casi diez años después, con Valiente el orgullo entre una madre y una hija desata el problema principal.


Ahora con Turning Red se nos presenta una oportunidad de ver un nuevo tipo de vínculo tóxico en donde los padres limitan los comportamientos de sus hijos justificándose que están haciendo esto por su bien, y si le agregamos a que la protagonista está entrando en una etapa de la pubertad a principios de los años 2000, la premisa es interesante.


Dirigida por Domee Shi, el filme gira en torno alrededor de Mei Lee una niña de 13 años canadiense con ascendencia china. Mei quiere creer que al llegar a la pubertad tendría más independencia y más valentía al hacer su vida, pero la realidad es que tiene una madre que la vigilia y la controla en todo lo que hace; provocando que su hija actúe a escondidas.


Tras una escena en donde su madre la humilla públicamente por dibujarse así misma junto con un chico que le aparece atractivo, Mei recibe una maldición que afecta a las mujeres de la familia que consiste en convertirse en un panda rojo el cual solo sale al sentir emociones fuertes. Mientras espera el día para que su familia le retire la maldición, Mei aprende que vivir con este panda no es tan malo como parece y que de esta manera puede expresar su verdadera yo.


Con un diseño de personajes diferente a lo que venía haciendo Disney para retratar a jóvenes adolescentes, está hecho para que el espectador pueda identificarse con uno o más personajes. Mei necesita un apoyo al tener una madre que la reprime, y en esto lo encuentra con sus amigas con las que puede expresarse sin temor a ser reprendida.


Turning Red enfatiza lo problemático que es estar sometido a la presión y a las expectativas irreales que tienen los padres sobre uno, así como buscar una solución en donde se crea un espacio de respeto propio para un buen desarrollo personal y emocional; el que padres e hijos comprendan que no es sano para un adolescente la sobreprotección.


Los problemas que trata la película son universales, habla de los traumas que genera el no llenar las expectativas que la familia tiene con sus hijos. El panda rojo es una alegoría a las emociones sobre esto a lo largo del filme. El no poder controlarlos de manera sana genera ansiedad, estrés y muchas otras emociones que hay que enfrentar.


Esta película no es la mejor película de Pixar ni la más creativa, pero verla es una experiencia interesante que se atreve a salirse de una estructura plana de los problemas familiares que toma el crecimiento y el desarrollo infantil; así como las habilidades paternales para educar, para ser funcional.

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