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No es un juego de niños, es una guerra

Escrito por Ana María Lozano Mora

El conflicto armado en Colombia es la guerra armada que conocemos desde los años 60 que cobró innumerables vidas y dejó a su paso millones de víctimas a lo largo del territorio nacional. Una guerra que nació con el conflicto de dos partidos políticos y fue escalando a disputa de tierras, rutas de narcotráfico y guerra por control de territorios y municipios.

La grandeza de nuestro territorio requiere también de un vasto ejército para su “protección y cuidado” es por eso que los adultos voluntarios o reclutados no eran suficientes para el control de la organización y sus fuentes ilegales de ingreso, por eso surge la necesidad de nuevos soldados iniciando así con el reclutamiento forzado.

Se considera reclutamiento forzado a la práctica en la cual se obliga a menores de edad a incorporarse a grupos armados ilegales, sumando a sus filas a los niños a través del asalto a los territorios, intercambios, amenazas y en escasas ocasiones, voluntad. Una voluntad dada por las altas cifras de pobreza y desempleo en los sectores rurales, cifras que aún hoy no cambian. 

En un informe del Centro de Memoria Histórica para el año 2012, años antes de los acuerdos de paz, se estimaba que el 92% de los menores reclutados se mantenía en el grupo armado reclutador hasta cumplir la mayoría de edad y de los cuales el 36% indicaba que de no ser por la vinculación al grupo ilegal estaría muerto o en peores condiciones.

Según las Naciones Unidas, los niños en la guerra figuran también como objetivos militares para doblegar a los territorios siendo ellos los primeros en las líneas de combate además de ser la base de la mano de obra en la economía ilegal, siendo los menores de edad de los grupos indígenas los más afectados. 

De acuerdo con los registros, se estima que las edades de reclutamiento se daban de los 15 años en adelante sin importar su género pero de acuerdo con declaraciones dadas a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) también se reclutaron niños desde los 7 años.

Se estima que durante los 1996-2006 se reclutaron más de dieciocho mil niños, según Informe del caso 07 investigado y priorizado por la JEP por ser crímenes de lesa humanidad en menores de edad y así como la ejecución de otros ilícitos como violencia sexual, abuso físico y psicológico. Fueron las FARC el grupo armado con mayor reclutamiento de menores en la historia del conflicto en Colombia. 

Las fallas y desatención en la implementación de los acuerdos permite la reconfiguración y reorganización de distintos grupos armados ilegales pero también el retorno de firmantes a la selva lo que implica unas disidencias de las FARC en proceso de fortalecimiento a través de esta práctica.

 

Pobreza

 

Adicional a esto, entidades como el ICBF, sufren de déficit en el presupuesto para campañas y acompañamiento a este flagelo, además de la falta de acciones de fondo evidenciando en que para el año 2020 el 78% de los departamentos de Colombia tienen al menos una alerta temprana en alguno de sus municipios por reclutamiento infantil reportadas por sus respectivas Defensorías del Pueblo.

Sin duda, no bastó con firmar los acuerdos de paz y no es suficiente con lo hecho hasta hoy. Es vital generar políticas públicas dirigidas a la educación, la alimentación y el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes en Colombia para que no terminen siendo víctimas de la guerra o del hambre.

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