Por: Lina Paola Caicedo Rodríguez

César Augusto Pinilla es un director y realizador audiovisual del medio colombiano, cuenta con más de 11 años de trayectoria en su carrera y ha trabajado con reconocidas marcas como SONY, Adidas, Cerveza Corona, Falabella, Bancolombia, L’Étape, entre otras. 

 

Hoy conversaremos sobre una de sus aventuras recorridas: la realización de un video web sobre la inauguración de una cancha en él recóndito caserío de Bubuey, en Cauca, un territorio de estos tantos a los que el estado colombiano aún no ha reconocido y que se llama así por un río del Pacífico que pasa allí.

 

El video se realizó con la productora Tonka Filmmakers y documenta una donación de la marca Pony Malta, una gaseosa colombiana muy reconocida, a esta población que habita dicho territorio en condiciones de pobreza extrema,limitados recursos y restricciones de movilidad mucho más dificultosas que las de otras regiones con montañas o vías terciarias, debido a que todo lo que rodea a esta circunscripción es selva y ríos.

Foto tomada de Instagram @cesarpinic

1. ¿Cómo surge el proyecto y qué le vino a la cabeza cuando le mencionaron a Bubuey como el destino para dicho rodaje?

Tonka fue un aliado de Pony malta para desarrollar esas piezas audiovisuales y me contactó a mí para la realización de ellas. En cuanto a Bubuey como destino lo primero que pensé es que sería un reto. Sabíamos que la electricidad sería un tema a tener en cuenta ya que eso nos implicaba ser mucho mas productivos, pues nos daba un tiempo limitado de rodaje debido a que la electricidad es un insumo fundamental para las cámaras y la edición en set, y eso allí sería dificultoso de conseguir.

2. ¿Cuál fue su primera impresión al llegar a Bubuey?

Fue shockeante el ver las condiciones de vida en esta población, pobreza extrema, no contar con un sistema de alcantarillado, los baños eran letrinas que daban al río entonces el olor era fatal; un lugar en el que la educación dependía del clima, ver la cantidad de niños porque me parece un shock como en condiciones tan difíciles las personas se reproducen tanto.

3. ¿Cómo fue la reacción de sus habitantes, debido a la poca frecuencia con la que reciben visitantes?

Ese fue otro de los temas que me sorprendió porque nos recibieron muy calurosamente y a todos nos decían paisas. Aunque sentimos que nos veían como si fuéramos de otro planeta, siempre recibimos mucho afecto sobre todo de los niños que vivían colgados de nuestros brazos, nos preguntaban por nuestras familias, por qué era lo que hacíamos, eran muy curiosos con todo lo electrónico y la única forma de controlarlos durante el rodaje era diciéndoles que les prestaríamos todo si hacían caso. Es normal que al ser niños, fueran mas expresivos con algo que no habían visto antes.

Foto tomada de Instagram @cesarpinic

4. ¿Cómo fue la alimentación mientras estaban allí?

Constaba de arroz, papa y plátano, la única proteína que conseguían provenía del río y casi nunca había porque lo que pescan, lo venden para sobrevivir.

Una noche hubo una cena especial que nos preparó nuestra anfitriona en el lugar, en donde nos hizo camarones de rio. De las 4 noches que permanecimos allí, fue el único día en que comimos algo de proteína y Doris, la anfitriona, nos contó que ellos comen máximo 2 veces a la semana cuando logran traer pollos desde Timbiquí.

5. ¿Hay manera de conseguir agua potable?

No, ellos consumen agua hervida del río. Para la producción compramos botellones de agua desde Timbiquí.

6. ¿Cómo fue el momento de la inauguración de la cancha?

Fue de sentimientos encontrados porque por un lado teníamos que hacer ver espectacular una cancha que quedó a medias, que los niños tampoco podían disfrutar plenamente porque muchos de ellos no tenían zapatos, y la producción mandó solo 8 pares y eran por lo menos 30 niños.

Pero también era enriquecedor ver la ilusión de los niños en su primera cancha, y ver cómo los hacía de felices un cuadro de asfalto en medio de la nada.

Supimos por nuestra anfitriona que la traída de los materiales de construcción fue muy difícil debido a lo complejo que es el transporte hasta allí, y la conservación de ellos por la humedad también representaba un desafío, pero como la comunidad se unió para hacerlo posible y la felicidad que sentían al saber que ya iban a poder usarla, les invadía completamente. Es decepcionante como marcas pueden alcanzar este tipo de pequeños logros, y el estado colombiano no.

7. ¿Qué le dejó de especial este proyecto?

Ver esa Colombia olvidada de la que muchos políticos hablan pero no conocen; ver cómo la población entiende y normaliza esas carencias como su realidad, porque no han visto nada diferente a esto; y lo que mas me conmovió, ver cómo pese a eso que nosotros llamamos carencias, para ellos no representa nada porque igual allí está su felicidad.

Ven su futuro truncado por una falta de acompañamiento del estado, pero también saben que si quieren lograr algo, tendrán que esforzarse el doble por lograrlo.

8. ¿Volvería a Bubuey?

Sí, volvería, me intriga ver qué ha sido de la vida de esos niños que con tanta ilusión vivían colgados de nuestros brazos.

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