Escrito por: Karol Álvarez Páez 

Para conocer otras experiencias de tatuadoras colombianas, nos fuimos hasta la ciudad de Medellín para hablar con Tatuajes para niñxs o más conocida en Instagram como Tatuajitos, que día a día va creando un estilo peculiar para todes los niñxs interesados en ornamentar su piel. 

¿Cuándo comenzaste tu trabajo como tatuadora?

Yo pensaba que era hace 3 años, pero en estos días ví una historia en Instagram y decía “recuerdos hace 4 años.” Igual siempre estoy practicando en la piel de mis amigos o ellos en mi piel, pues he parado, cómo que no han sido 4 años siempre, sino que a veces tatuó más, y a veces menos, y a veces hasta meses sin tatuar, pero sigo tatuando.

¿Cómo es la narrativa particular de tus diseños? y ¿por qué?

Aún no tengo algo super definido que me guste, porque eso se va construyendo, al fin es una copia de lo que uno ve, de lo que uno hace, un montón de cosas, y entonces eso nace. También es lo que me da un poco de miedo al hacer esta entrevista, porque igual una cambia un montón, lo que pueda hablar aquí, puede ser mierda luego para mí.

¿Cómo te sientes al tener el poder sobre el cuerpo del otre mientras realizas un tatuaje en busca de significantes?

Igual no creo en el poder. Porque el poder me refiere un poco a invadir y en realidad siento que cuando me piden un trabajo se establece un acuerdo de confianza. Por ello tatuó desde el cuidado que se pueda, porque igual es una herida, algo de sangre a sangre, entonces también intento tener toda la seguridad y dar la seguridad para que la otra persona se sienta segura.

¿Consideras tu trabajo como un apoyo a la construcción del performance de los cuerpos?

Yo creo que sí, un poco, como que sí es muy diferente siempre, porque si está el caso que lo hace por una intimidad, ya lleva como un desarrollo desde antes del momento del tatuaje, que puede cambiar al momento del resultado. Pues está atravesado no sólo por su subjetividad como cliente sino también por la subjetividad del artista al que le depositó su confianza. 

 ¿La mayoría de los tatuajes que te piden son por embellecimiento o impacto de historia personal que quieren marcar?

 Todos, hay de todo tipo, también hay muchos sentimientos para hacerse un tatuaje, hasta el no tener sentimientos, pues cada emoción es muy diferente. Ahora yo hago de todo, como un retó para mí; aunque no somos fotocopiadoras, porque normalmente nos piden un estilo ajeno al de nosotras, y aun así la gente espera uno igual, pero me gusta hacer más variadito.

 ¿Cuál ha sido la parte más difícil y rara que has tatuado?

Difíciles que son para mí tatuar porque no comprendo muy bien esa zona, es la de la pelvis, igual si se llega esa confianza, no se siente la incomodidad. Ahora ¿Qué considero raro? de pronto tatué unas nalgas, pero era mi hermano. Es que no sé, porque igual lo raro no me parece raro.

¿Cómo es tener tu propio espacio como tatuadora? 

En este momento tatuó, en el lugar de unos parceritos, que es muy bonito que son todos conocidos y son un amor, son unos lindos, entonces como que es un grupo de amigos muy grande y eso me da moral.

Ya para terminar ¿Qué te motiva a seguir trabajando? y ¿Qué mensaje le darías a las nuevas tatuadoras?

Me motiva la gente, como dicen “el sueldo del artista son los aplausos”, pues no lo veo tanto así, sino más que la gente sea la inspiración en la creación del arte. Y nada, lo importante es que lo que uno haga, lo haga con ternura, y me parece muy chimba la posibilidad de intervenir en los cuerpos y apreciando no sólo el resultado, sino que todo el ritual completo.

 Como apreciamos anteriormente, la creación del estilo y la perspectiva de la importancia de los cuerpos, que tienen las tatuadoras depende mucho de sus experiencias y lugares donde van desarrollando su arte, como en este caso tatuajitos lo hace con ternura radical acompañada de la familia que también creó, sus amigos. 

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