San Andrés se vive como una grata experiencia para dar a conocer cómo se vive teniendo en cuenta los gastos y recomendaciones para las personas que quieran experimentar esta aventura llena de adrenalina y por supuesto una aventura inolvidable.

 

Se debe pagar un impuesto de $124.000 pesos a la hora de realizar este viaje con destino a la isla de San Andrés, teniendo en cuenta que se debe llegar con al menos una hora de anticipación, ya que el pago es antes de abordar el avión.

 

 Los taxis se diferencian porque son de alta gama, no son estándar de color amarillo como se evidencian en la capital, ya que utilizan diferentes colores y marcas muy lujosas, lo más importante es siempre preguntar el precio antes de abordar cualquier transporte

 

Existen dos tipos de almuerzos, el primero es llamado  ¨Almuerzo del día¨ con un costo de $20,000 pesos, el segundo que tienen es el ¨Menú¨ con un valor desde $35.000 pesos en adelante

 

Carlos bonilla, es un isleño y nos enseñó toda la isla, nos explicaba que en San Andres todo era importado, solo por aviones, la vida es muy costosa; no tienen agua potable y el gobierno no responder por los hospitales abandonados, causa mucha tristeza por que solo puede vivir de la pesca y turismo.

 

El huracán llamado sofía afectó el acuario,  manglares, y Haynes Cay, la experiencia no fue grata, ya que estaba en medio de un huracán llamado Sofía y llovió desde las 9:00 am hasta las 7:00 pm, estábamos con don Carlos, nos explicó que el clima en San andrés ya no importa la temporada, los huracanes están casi cada 2 veces por mes

El impuesto de lancha se debe pagar en  Johnny Cay, por un valor de 2000,ya que  es un lugar donde viven diferentes especies de animales, las más llamativas eran las lagartijas y las iguanas, los animales estaban libres y viven en su hábitat natural y deben ser cuidados y alimentados. 

 

En Johnny Cay es recomendable alquilar sillas o un espacio en la playa que te proteja del sol, ya qué se esconde hasta las 7:00 pm, cada silla tiene un valor de $20.000 pesos, también puedes encontrar carpas desde  $55.000 pesos, finalmente los almuerzos varían desde $35.000 pesos hasta $110.000 pesos.

 

El buceo tiene un valor de $110.000 pesos, si deseas fotos y videos tiene un adicional de $40.000 pesos. Este es un plan maravilloso que debes hacer como turista para ver la diversidad de animales y ver el trasfondo de los colores del mar. El recorrido es de 45 minutos bajo el agua. 

 

Irmas Ruiz especializada en parasil, cuenta con un equipaje de seguridad muy completo, en el centro de la isla, por un precio de 190 mil pesos, el objetivo principal es brindarle al cliente una experiencia desde más de 100 metros de altura para ver el mar completo con ayuda del capitán.

 

Los turistas no cuidan el parque principal, sin importarles el ecosistema, se evidencia mugre, plástico, ropa enterrada en la arena, no hay un control en esta isla, por lo tanto, el mar se ve muy desagradable.

 

En las calles de San Andrés es prohibido el consumo de licor después de las 6 de la tarde, debes tener en cuenta que hasta las 11:00 pm se puede estar en la calle consumiendo cualquier tipo de licor, ya si deseas seguir tomando en la noche puedes dirigirte a los bares y discotecas en donde tienen todo tipo de música.

 

 Los isleños no trabajan los fines de semana, si quieres salir a las calles no vas a encontrar  el comercio disponible,  entre semana cierran desde las 12:00 pm hasta las 3:00 pm para almorzar. 

 

No existe el IVA o el ICA en perfumes, cremas y licor, así que decidí llevar recuerdos de marcas reconocidas a bajo precio. Luego seguí con mi recorrido al aeropuerto a las 2:00 pm, para tener listo el check-in y el impuesto, para así emprender mi vuelo de regreso hacia la ciudad de Bogotá.

 

En conclusión, si eres amante de los lugares mágicos, llenos de paz y mucha adrenalina, San Andrés es la mejor opción para viajar con tu familia, tu pareja y tener un viaje apasionado o simplemente disfrutar con tus amigos, es una experiencia única e inolvidable que no te puedes perder.

 

Escrito por Vanessa García y Valeria Acosta

 

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