El nivel de frustración que he sentido una y otra vez es indescriptible, buscar métodos rápidos, dañinos e insostenibles para bajar de peso. Sí, para bajar de peso. Todo esto empieza a pasarme a los 19 años en la ciudad de Bogotá – Colombia, mi nombre es Maria Galvis y aquí les cuento como mi vida cambió de forma radical.
Me despierto, entro al baño, me ducho y posteriormente observó en el espejo que mis ojos comienzan a recorrer mi cuerpo con atención, en ese momento examinó que mi cuerpo empieza a cambiar.
Mis caderas se anchan, mis brazos crecen, mi barriga es cada vez más pronunciada, empieza a salirme una protuberancia debajo del mentón, aquí le decimos (papada), veo mi cara redonda, mis piernas con celulitis y empiezo a observar pequeñas estrías que salen de mi brazo derecho.
Empiezo a comprender que mis hábitos van modificando mi estructura corporal, cambiando no solo mi peso, sino también el modo en cómo me percibo.
La causa de mi sobrepeso se suma a la acumulación de varios hábitos, como; sedentarismo, exceso de carbohidratos, azúcares, altos niveles de estrés, entre otros. Había caído en este estilo de vida sin darme cuenta y esto es solamente el comienzo del análisis realizado a mi cuerpo en relación con mi subjetividad y la sociedad.