Por: Stefany Pardo
A comienzo del año 2020 llegó el virus, en menos de dos meses después de la primera muerte, cambió radicalmente nuestras vidas.
Una parte de la población global se ha encerrado en sus casas. Escuelas y comercios cerraron sus puertas y los defensores de la salud comparten campañas para fortalecer los cuidados de salubridad y sanidad.
Cómo si no fuera suficiente. La salud nada menos que un derecho humano no es la excepción. De hecho, las personas más vulnerables y desfavorecidas son las primeras en sufrir las consecuencias de este flagelo.
La pandemia ha revelado que somos capaces de realizar cambios radicales en un tiempo récord.
El acercamiento social con aislamiento físico puede enseñarnos que dependemos unos de otros. Y, por eso, debemos unirnos en torno a un común que proteja la única casa que todos tenemos.
Tanto para nosotros como para casi todos los profesionales de la salud, esto es completamente nuevo. Sabíamos que el número de personas infectadas iba a aumentar, pero no que fuera a ocurrir tan aceleradamente.
Esto es preocupante, al comienzo porque se temía no contar con suficientes respiradores. Pero ahora la preocupación no es tener los respiradores si no el espacio.
Ya que no hay donde colocar los respiradores, pues tenemos un aumento de las camas en UCI (Unidad de cuidados intensivos) en Bogotá con un 93% de ocupación.
Esta situación también es difícil para los pacientes porque no se permite que sus familiares los acompañen.
Nos cuenta la auxiliar de enfermería Mónica Bazurto del Hospital Universitario San Ignacio que las circunstancias han sido de mucho estrés para todos los profesionales de la salud e incluso para los pacientes.
Ya que el personal de salud quiere prestar los mejores cuidados y profesionalismo a todos los ciudadanos posibles, pero a la vez se tienen que proteger en su totalidad para no llevar el virus a sus hogares y a sus familias y a sí mismo no enfermarse ellos.
Es difícil, sobre todo cuando ves a un familiar que enferma y requiere intubación. En ese momento recordamos nuestra propia mortalidad.
Martha Abril, auxiliar de enfermería del hospital Cancerológico, también nos cuenta que le tocó trabajar el miércoles 05 de mayo en año en curso en piso Covid quien llegó destrozada a su casa después de tener que atender y presenciar que niños de meses, 2 y 4 años con oxígeno por tener Covid – 19.
No lo creen si no hasta cuando lo viven, aún así, hay personas que ponen en juicio la situación que verdaderamente está pasando y las muertes van en aumento.
Controlar las enfermedades transmisibles es complicado porque lo que sucede en un país repercute y se transmite a otros. Por eso es importante prepararse para cualquier crisis sea sanitaria u otra.
Estas enfermeras han pasado hasta 12 horas en el hospital, casi sin parar. Terminando los turnos de guardia exhaustos.
Se quitan el equipo de protección personal. Se lavan las manos. Dejan atrás las tiendas de campaña y a los pacientes que aún siguen llegando y cada cambio de turno dejan en las manos capaces de sus colegas, que ahora asumen el riesgo del contagio.
Verdaderamente cual es la postura frente a la pandemia como a nuestros héroes que son el personal de salud.
Desde que comenzó la pandemia, para muchos fue un cambio drástico como lo hablaba anteriormente pero también tener una postura de cambio, tanto en lo personal como en todo.
El cuidado es necesario, finalmente, de lo que se trata es de cuidarnos a nosotros y a los demás; es decir, ejecutar los actos necesarios para evitar la enfermedad, y si la adquirimos, o alguien a nuestro alrededor la adquiere, hacer lo necesario para curar y para no contagiar a otros.
Algo que muchos no están haciendo, usando el tapabocas incorrectamente no tener el respectivo lavado de manos y los autocuidados.
Se siguen evidenciando aglomeraciones y eventos que contienen un aumento de contagio.
Datos registrados por Salud Capital el 23 de abril son las localidades en Bogotá con mayor reporte de casos positivos son: Suba, con 15,2 % de los casos de la ciudad, seguido por Kennedy, con 13,3 %; Engativá, con 11,3 %; Usaquén, que presenta el 7,8 %, y Bosa, con 7,4 %.
Necesitamos un cambio de autocuidado al escuchar muchos testimonios de pacientes positivos para Covid tanto personal de la salud como pacientes, hasta que no les da no tienen la respectiva credibilidad para poder cuidarse así mismos y a los demás.
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