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El Conflicto Armado, una Problemática sin Género

Por: Claudia Alejandra Olarte Osorio

Tanto hombres como mujeres son víctimas del conflicto armado en Colombia, en diferentes grados, aunque especialmente estas últimas sufren además violencia sexual perpetrada por los actores armados.

El auditorio Fundadores de la Universidad Central fue el escenario donde se llevó a cabo una conferencia acerca de la violencia del conflicto armado contra las mujeres y hombres, presentada por Jorge Alberto Palomino Forero, profesor de la Universidad Central, y por Diana Carolina Peláez, profesora de la Pontificia Universidad Javeriana, en la cual plantearon varios escenarios que viven las víctimas del conflicto armado.

Se trató de la socialización del “Estudio cualitativo sobre desplazamiento forzado, normas y violencia de género en Colombia”, en la que participaron los dos docentes-investigadores, quienes expusieron los resultados de una investigación que realizaron en Cartagena y Medellín a mujeres jóvenes, en la cual encontraron que muchas mujeres de estas ciudades prefieren casarse con hombres de dinero que las puedan mantener económicamente, que estudiar y tener una carrera universitaria, lo cual quiere decir que continúan con los esquemas conservadoras de lo que una mujer debe buscar para su futuro.

Plantearon también la idea de que en los contextos rurales el hombre regula de una manera más efectiva los recursos económicos que la mujer, aunque para las campesinas es más difícil salir de este círculo vicioso, mientras que a las mujeres en contextos urbanos les es más fácil entrar al mundo económico.

Explicaron que antes se tenía la idea de que el hombre debía trabajar mientras que la mujer solo se reproducía y se quedaba en casa criando a sus hijos, pero que ella ha aprendido a poner límites, y una de las formas es creando redes de apoyo y protección a las personas que sufrieron este tipo de violencia y así ayudarse unas a otras.

A las mujeres desde pequeñas les enseñan acerca de los “correctos comportamientos” que deben tener para no sufrir ningún tipo de acoso. Uno de los comportamientos de los que más se habla es que si se visten de una manera “mostrona” se exponen al acoso sexual; desde esta perspectiva, los hombres usan la excusa para acosarlas sexualmente y decirles piropos en la calle, normalizando este tipo de actos, al igual que a los hombres les enseñaban comportamientos machistas como que si se exponen haciendo algún tipo de tarea doméstica en público perdían su virilidad.

Desplazamiento forzado

Al ser víctimas de desplazamiento forzado, a los hombres les es más complicado conseguir trabajo, por lo que deben asumir las tareas en el hogar o, por el contrario, llegar a reforzar los comportamientos machistas, mientras que las mujeres víctimas de esto se definen ellas mismas como libres y empoderadas, sintiendo así que no necesitan de un hombre que las cuide, aunque son conscientes del riesgo de salir a la calle solas debido a los casos que diariamente ocurren como lo son violaciones, acoso, piropos entre muchas cosas más.

Palomino y Peláez plantearon que para alcanzar equidad de género se necesita acompañamiento sicológico, además de charlas dirigidas a las víctimas para que así se empiecen a transformar su pensamiento y creencias respecto al trato de una mujer pero también el respeto hacia ellos mismos.

Según una estudiante que asistió a la conferencia, que existe una “distorsión del concepto que termina siendo fijada solamente en las mujeres y es muy importante hacerles saber a los hombres que denunciar no te hace menos hombre, concientizar y educar a la ciudadanía sobre el mismo, como ayudar y evitar que siga pasando a futuro”.

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